Una escuela pastoral

Consideramos que la pastoral es el ámbito que unifica y da sentido y coherencia a la propuesta educativa de nuestros centros. El humanismo cristiano y los valores evangélicos -fe, fraternidad, servicio, acompañamiento y compromiso con los necesitados- sostienten el proyecto pastoral, siempre acompañados del trato próximo, la atención personalizada y la comunión con la Iglesia. Todos los miembros de la comunidad educativa son a la vez protagonistas y destinatarios de nuestra propuesta pastoral.

Tejiendo vida, creando vínculos

La vida no es sólo un proceso biológico, sino que debe arraigar en el amor recibido por los padres, hermanos, familia y amigos. Tampoco queda relegada sólo a los vínculos familiares y de amistad, sino que preservarla significa cuidar de todos los que nos rodean con espíritu de superación, compromiso y generosidad, con cariño. Quien ama teje día a día con el hilo que envuelve, que protege, que cura, da calor, sujeta y robustece. Porque la vida es frágil y son las muestras de cariño, acompañadas de gestos, palabras y actitudes, que la hacen posible. ¿Os imagináis un mundo donde nadie se preocupara por nadie? ¿Dónde sólo se buscara la utilidad práctica y la satisfacción individual? Sería un mundo de robots, con la diferencia de que las personas tenemos sentimientos, anhelos, ilusiones y necesidades vitales que sólo tienen respuesta en los vínculos interpersonales. Pero el mundo contemporáneo vive una transformación continua, una aceleración que puede hacernos difícil establecer estos vínculos.

Con palabras del Papa Francisco, vivimos un cambio de época en el que la velocidad tecnológica y digital nos empuja a una mutación incesante, que contrasta con la lentitud natural de la evolución biológica. “Por eso es necesario construir un “pueblo de la educación”, donde se comparta el compromiso por generar una red de relaciones humanas y abiertas en la diversidad. Hay un proverbio africano que dice que «para educar a un niño hace falta un pueblo entero». Por tanto, debemos construir este pueblo.” Él nos pide que unamos esfuerzos por una alianza educativa que forme «personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y de reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna.»

Respondiendo a esta nueva necesidad, proponemos tejer un entramado de relaciones fraternas dentro de la comunidad educativa, que también nos vincule de forma solidaria al entorno cercano y al mundo entero. Nuestro lema será «Tejiendo vida, creando vínculos» y se centrará en los valores del espíritu de superación, el compromiso y la generosidad. De esta forma seremos el pueblo en el que las nuevas generaciones se motivarán para crecer como personas y dar lo mejor de sí mismas, para lograr una excelencia académica y humana que se ponga al servicio de la comunidad y componga un nuevo humanismo, transformando así la sociedad. El Padre Palau nos anima a renovar nuestro espíritu de familia obedeciendo al mandamiento de amor y hermandad de Jesús de Nazaret. ¡Asumimos el compromiso!